Hijos de Dios, de Cristian Fernando Carrasco

 
No son buenos tiempos para ser un dios, la fe es ahora e los influencers y el coaching. 
En una ciudad tumultuosa de la Patagonia los hijos huérfanos de la vieja cultura rock, deambulan desorientados buscando fiestas y llegar a fin de mes, arrojados de sus olimpos, lejos de sus templos, con la ebriedad (y a veces la ingenuidad) como único ritual que los conecta con la matriz sagrada, para sobrevivir a una cultura que, como dijo el apóstol Bukowski, "eleva a los estúpidos a la categoría de héroes". 
La fé en ellos mismos será su alimento sagrado. Pero la fe se agota, y un nuevo credo de laboratorio amenaza con convertir el eterno retorno en un frío y solitario viaje de ida, hacia una nada con sabor light.
El relato de Cristian Carrasco nos lleva de joda con los hijos de los Dioses, en  una caravana deconstructiva, pletórica de porro, cerveza, ironía filosa y exquisitos guiños a la cultura pop. 
Se acompaña bien con vino y coso.
 
Carlos Blasco