top of page
Rubén Gómez

La herida expuesta

(posfacio del libro "Desnudo" de Hector Allende)


“Escribir es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos” nos decía Alejandra Pizarnik. Ese acto solitario de restañar la herida con lo que se tiene o con lo que se ha aprehendido durante el viaje, para poder seguir adelante.

Soledad y herida pulsan y laten en el papel ahí, en el camino, y significan mediante el código que nos permite decir y hacernos entender, pero a la vez nos dejan movernos a través de la memoria con lo aprendido y con lo que dejamos como testimonio al escribir. Son los ojos lectores los que finalizarán la escritura. Ojos que descifran lo que está expuesto.

Todo lo que cada uno es, sus creencias, su pensamiento y su sentir, su soledad, sus anhelos y su herida, está expuesto. Cada escritor es, a través de sus textos, la expresión de un mundo, uno de los múltiples mundos que componen el que vivimos.

Desnudo es un libro que traduce una era, una época bisagra, de transición, de transformación, quizás sin proponérselo, pero lo hace con honestidad y crudeza siempre desde la mano, ojos y corazón de Hector Allende.

Vivimos en un mundo en el que conviven el karma, el kundalini, la mapu, el zungün, la katana, el celular, whattsapp, las redes sociales, las creencias y el materialismo, la solidaridad y el individualismo, lo virtual y lo analógico.

Mostrar este mundo, esta época no es sencillo sobre todo en clave de poesía. La poesía que procura siempre preguntar, indagar, dudar, comprender, descubrir, describir y desnudar lo que de otra manera quedaría sin cuestionamientos, sin entendimiento, cubierto y sin luz.

La subversiva poesía que desnuda la deshumanización y la frialdad de esta piedra que gira alrededor del sol y en cada vuelta se lleva los calendarios y los horóscopos, las carreras y los engranajes, las profesiones y los oficios, los relojes y su arena.

Las mariposas blancas y negras están afuera, acariciando el aire que compartimos mientras estamos ocupados con otra cosa, siempre.

Es este un libro que viste y a la vez nos quita los ropajes, para cuestionar las fronteras impuestas invitándonos a sentir, pensar, cuestionar con simpleza y no, porque, parafraseando a Alejandra Pizarnik, todos estamos desnudos.


Rubén Eduardo Gómez

Comodoro Rivadavia, Mayo de 2020


434 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page